Abrimos libros, periódicos y revistas, prendemos
la TV, vamos al cine, usamos la computadora o entramos en los
aviones: todo nos dice que el mundo está cambiando, es
más pequeño y más semejante.
Todos participamos de los mismos comentarios sobre los
mismos hechos y sus versiones. Somos convocados a testificar el
amanecer de una nueva época, la era de la "cultura
global".
Uno de los indicios más elocuentes que anuncia
tal nueva cultura sería el internet, de la cual deriva una
imagen de un mundo organizado según la estructura de una
red.

¿Qué papel le queda al Estado
después de la globalización?.
La menor efectividad
de la política macroeconómica, tanto monetaria como
fiscal, en una economía globalizada, hace que los
gobiernos tengan que dedicar mayores esfuerzos a las
políticas institucionales y microeconómicas. Lo que
sin duda es muy positivo ya que tienen que hacer una
política de permanente reforma y flexibilización de
su economía para que pueda ser competitiva, a
través de un mejor funcionamiento de los mercados y de las
empresas.
Una buena educación, una formación de
calidad, unas buenas infraestructuras, un sistema eficiente de
salud, un sistema financiero saneado y bien supervisado, una
justicia rápida e imparcial, una seguridad ciudadana,
etc., son todos ellos elementos decisivos para salir favorecido
de la globalización económica, obtener una mayor
confianza y recursos financieros estables y a precios razonables.
La triple calamidad de la corrupción, la delincuencia y la
inseguridad jurídica y policial, que sufren muchos
países en desarrollo (y algunos más desarrollados)
es enormemente disuasiva de la inversión
internacional.
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